jueves, 15 de diciembre de 2011

Edith

Transcribimos las palabras que
Gastón Moisset leyera el 25 de noviembre en ocasión del homenaje a Edith Soppe. Gastón fue campeón de córdoba, es prof. de ajedrez en el colegio Monserrat y en el CEPRAM. Trabajó codo a codo con Edith en la creación y el desarrollo de la Asociación de Ajedrez de la Ciudad de Córdoba (AACC).


Edith…

La vida es una y está absolutamente llena de cosas misteriosas…

La vida te regala momentos excepcionalmente felices y otros tan dolorosos que laceran hasta lo más profundo del alma…

Y de a poco vamos aprendiendo que efectivamente la vida es esta extraña mezcla de sabores tan encontrados, tan distintos y tan opuestos…

Pero a cada uno de nosotros nos toca asumir la vida que nos han dado, luchar y batallar, encontrarle un sentido y… ¡honrarla! Hacer que nuestro paso por la vida deje a este mundo un poco más bello, o más justo, más amoroso, más humano en el más profundo y ético sentido de la palabra.

Y cuando recuerdo a Edith muchas de las más bellas emociones brotan como vertientes. La primera quizás sea la ADMIRACIÓN

Admiré a Edith por su fortaleza, por su coherencia, por su permanente sonrisa y humor, por su generosidad sin límites; la admiré por su belleza que no sólo era interior pues Edith ¡era una mujer hermosa! La admiré por que jamás bajó los brazos luchando por lo creía justo, y la admiré porque defendió a muchos ajedrecistas jóvenes, y los ayudó a crecer en todas las dimensiones de la vida.

Recuerdo a Edith y también brota en mí un sentimiento de PAZ Y DE SERENIDAD… porque es lo que ella supo transmitirme en momentos en que batallaba con la más difícil de las partidas…

Recuerdo a Edith y es inevitable que no se despierte la GRATITUD… Gracias Edith por haberme permitido tener el privilegio de conocerte, de haber compartido algunas luchas y algunos trabajos en el mundo del ajedrez.

También es imposible escapar del todo a la TRISTEZA… La ausencia de las personas que hemos querido es dolorosa. Pero aquí estamos… y Edith no querría vernos tristes, no querría vernos abatidos ni desanimados… Quiere vernos defendiendo causas nobles, quiere vernos en el tablero del ajedrez y en el tablero de la vida, esforzándonos por encontrar la más bella de las combinaciones…

Y estoy convencido de que la única manera de honrar su memoria es manteniendo vivos sus profundos deseos e ideales. Por todo, ¡Gracias Edith!

Gastón. Noviembre de 2011
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1 comentario:

Raúl Grosso dijo...

Gastón: Muy emotivas tus palabras. Comparto en su totalidad tu escrito, ya que es bueno recordar a los ausentes. Más aún cuando fueron iconos en el ámbito que nos movemos, como es el ajedrez. Felicitaciones! Raúl Grosso.